jueves, 31 de marzo de 2011

Subaru: La apuesta por la tracción total y los motores boxer

Luis Manuel Arias Ochoa


A cualquier amante del motor que le pregunten por Subaru la primera imagen que le vendrá a la mente será la del mítico Impreza conducido por el fallecido piloto de rally Colin Mcrae. Un coche que sin duda pasará a la historia del automovilismo por su color azul, su imponente carrocería de 4 puertas, su espeluznante sonido, su potencia y su tracción 4x4. Sólo a los aficionados a los rallyes de cierta edad se les vendrá a la cabeza la imagen del piloto escoces conduciendo todo un Subaru Legacy, con el que consiguió su primer rallye en Finlandia en el año 1993. Si la imagen de Subaru se relaciona con el Impreza WRC conducido por Colin Mcrae, también hay que reseñar la relación de reciprocidad, pues al piloto se le asocia automáticamente con la marca nipona y no con Ford, marca con la que compitió tras abandonar Subaru.




Obviamente Subaru ha sabido aprovechado el tirón de sus grandes éxitos en competición, y hoy la imagen de la marca va indisolublemente asociada al rallye. Pero Subaru no sólo es una marca de competición; es también un productor de vehículos de calle de una fiabilidad asombrosa, y una calidad más que corriente. Pero sus cualidades no se traducen en volumen de ventas, pues en 2004 era la marca número 19 del ranking de fabricantes.

Resulta difícil explicar el escaso nivel de ventas de la marca en relación con la potencialidad de la misma, pues no debe obviarse que ha marcado hitos en la historia del automovilismo, ostentando el mérito de haber sido el primer fabricante en dotar a un turismo de tracción total. Las causas son múltiples, y este fenómeno puede achacarse a muy diversos factores, pero la realidad es que en la España del 2011, Subaru sigue sin ser una alternativa que manejen la inmensa mayoría de los compradores de coches. Para ilustrar esta afirmación basta con el dato de que el Mitsubishi Lancer (principal competidor del Subaru Impreza) en 2009 obtuvo una ventas totales en nuestro país de 1153 unidades frente a las 237 del Subaru Impreza.

Actualmente en España, Subaru tiene presencia en casi todas las gamas de vehículos, y todos ellos (salvo el Justy) tienen tracción total permanente de serie, lo que les convierte en vehículos con un concepto diferente:

Produce un micro-urbano como el Subaru Justy que sólo se ofrece con un motor gasolina de 69 cv, y es el único de toda la gama Subaru que no equipa tracción total, absolutamente prescindible en un coche pensado para ciudad.

Sigue fabricando el mítico Subaru Impreza (ya va por la tercera generación) que ahora, en las gamas básicas, sólo está disponible en una carrocería de 5 puertas que acentúa su carácter compacto, frente a las anteriores generaciones con carrocería sedan. Ciertamente para los puristas de la marca la carrocería de 5 puertas fue ampliamente discutida, y a muchos sigue sin hacernos la más mínima gracia, ya que además de que su trasera puede producir lesiones en la retina, supone abandonar la estela del viejo Impreza del que algunos llevamos "enamorados" desde los años 90. No obstante, Subaru rectificó y la versión más potente del modelo (que abandona la denominación de Impreza para pasar a llamarse WRX STI, pero que desde Sonido de V6 seguiremos englobando dentro del Impreza) es fabricada con la carrocería de 5 puertas característica del Impreza de 3ª generación, y con la "clásica" carrocería sedan de 4 puertas.

En cuanto a motorización, el Subaru Impreza cuenta con una versión de gasolina de 150, con un motor boxer de dos litros que ofrece unas prestaciones algo justas para su potencia y un consumo elevado. Cuenta también con un motor boxer diesel turboalimentado que también da 150 cv y que no sólo mejora el consumo, sino que las prestaciones son mucho mejores, mal que nos pese a los adictos a la gasolina. La versión más potente equipa un motor 2,5 gasolina turboalimentado que da 300 cv y que ofrece unas prestaciones de infarto.
 

Los mismos motores boxer 2.0 del Impreza (gasolina y turbodiesel) son los que monta la berlina grande de Subaru: el Legacy, que también ofrece carrocería familiar. Un coche con un diseño ciertamente peculiar, con un nivel de calidad que nada tiene que envidiar a sus rivales de gama "superventas".  Sobre la base del Subaru Legacy familiar se vende el Subaru Outback, con ciertas pretensiones todocamino.

 



Quizá dentro de unos años Subaru llegue a ser uno de los mayores productores mundiales de automóviles, desde luego argumentos no le faltan. Y en estos tiempos en los que las marcas parecen abandonar su esencia y su historia con el fin de crear modelos clónicos que más se asemejan a electromésticos para desplazarse de un punto "A" a un punto de "B" sin ningún tipo de ambición, es de agradecer que la marca nipona siga fiel a su apuesta de la tracción total, en la competición como imagen de marca, y sigan creyendo en los fiables y rocosos motores boxer 2.0, para lo bueno (como es el caso del turbodiesel, que es un motor extraordinario) y para lo malo (como es el caso del gasolina, un atmosférico que debe mejorar, sobre todo a nivel prestacional)

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